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English to Spanish: A RADICAL NEW THERAPY COULD TREAT THE 'UNTREATABLE' VICTIMS OF TRAUMA General field: Other Detailed field: Journalism
Source text - English At the turn of the millennium, a young woman moved to a cabin on the Mull of Kintyre, a headland in southwest Scotland renowned for the bleak beauty of its cliffs and the treacherous swirl of the currents below. There she took in two horses, and for a time the silent companionship of those geldings offered more in the way of healing than the countless prescriptions she’d been given by psychiatrists, or the well-meaning attempts by therapists to excavate the most painful parts of her past. Then, in early 2013, she did something she had promised herself she would never do again: She bought a bottle of vodka.
The woman, who asked to be identified only as Karen, cannot recall the precise trigger that made her reach for a drink after 12 years of sobriety. But she does remember stumbling into the hospital in Lochgilphead, the nearest town. Intoxicated and near-delirious, she feared the suicidal impulses that had racked her since she was a teenager might prove too strong to resist.
Dr. Gordon Barclay was making his rounds that day. A consultant in general adult psychiatry with a passion for Goethe, he was a more attentive listener than the street drinkers who had served as Karen’s confidantes during past relapses. From her hospital bed, she told him about the sexual abuse in her early years, and how she’d learned to dull its searing legacy with alcohol. But the terror she felt while lying awake in bed as a young child, afraid to close her eyes, still lived inside her. It was a story she had told too many psychiatrists and psychologists, but the endless retelling had never changed the way she felt. It was as if she was always waiting for the abuse to begin again. In that way, she was still 5 years old. “Everything was tinged with fear,” says Karen, now in her mid-40s. “I was always driven by the past.”
Barclay soon realized Karen had post-traumatic stress disorder (PTSD), a condition caused by exposure to a horrific or life-threatening event that can lead to a wide spectrum of devastating symptoms, from bouts of overpowering anxiety to mind-saturating despair, emotional numbness, night terrors and uncontrollable rage. Sufferers can experience flashbacks to a time when they thought they were about to die: high-definition replays in their minds, complete with smell, texture and sound. Symptoms like these can persist for years, even decades, and leave people feeling so damaged that they can’t help but push everyone away—especially those they love the most.
As Karen had discovered, PTSD can be maddeningly difficult to treat. She still remembers the panic in the eyes of one social worker when his attempts to get her to open up brought on the full force of her terror. “It didn’t matter where I went—nowhere seemed to be able to offer any help,” she says. “The only way I knew how to deal with it was alcohol and also prescription drugs.”
Translation - Spanish EE.UU.
NUEVA TERAPIA RADICAL PODRIA TRATAR “LO INTRATABLE” EN VICTIMAS DE TRAUMA
ESCRITO POR MATTHEW GREEN
23 DE MARZO, 2017 – 8 AM
Al inicio del nuevo milenio, una joven se mudó a una cabaña en el promontorio de Cantyre, situado al suroeste de Escocia y muy conocido por la belleza desoladora de sus acantilados y el remolino traicionero de las corrientes subyacentes. Allí, hizo entrar a dos caballos y, por un tiempo, la compañía silenciosa de aquellos caballos castrados le ofreció una forma de sanidad mayor que las innumerables recetas médicas proporcionadas por los psiquiatras o los esfuerzos bien intencionados de los terapistas por desvelar las partes más dolorosas de su pasado. Después, a comienzos del 2013, ella hizo algo que se había prometido que jamás haría de nuevo: comprar una botella de vodka.
La mujer –que pidió ser identificada solo como Karen—no pudo recordar cuál fue precisamente el detonante que la llevo a beber después de 12 años de sobriedad. Sin embargo, lo que sí recuerda es haberse caído al ingresar al hospital de Lochgilphead, que es la ciudad más cercana. Ebria y al borde del delirio, temía que los impulsos suicidas que la habían atormentado desde su adolescencia, resultaran más fuertes que ella al punto de no poder resistir.
El doctor Gordon Barclay estaba haciendo sus rondas ese día. Este médico, especialista en psiquiatría general para adultos y apasionado de Goethe, escuchaba a Karen con más atención que los que habían bebido con ella en las calles, fungiendo estos de psiquiatras durante sus recaídas pasadas. Desde una cama de hospital, Karen le contaba sobre el abuso sexual ocurrido durante su niñez y la forma cómo ella había logrado atenuar con el alcohol el legado lacerante. Pero el terror que sentía de niña, cuando se quedaba en vela recostada sobre su cama por temor a cerrar los ojos, seguía vivo en su interior. Esta era la historia que había narrado a tantos psiquiatras y psicólogos, pero haberla contado infinidad de veces no cambió en nada la forma como ella se sentía. Era como si ella estuviera siempre esperando que comenzara el abuso nuevamente. En ese sentido, aún tenía 5 años. Ahora, a sus cuarentitantos años, Karen menciona: “Todo estaba impregnado de temor. Siempre fui arrastrada por mi pasado”.
De inmediato, el doctor Barclay se dio cuenta de que Karen sufría de trastorno de estrés postraumático (TEPT), condición causada por la exposición a un acontecimiento horrendo o amenazante, que puede ocasionar un amplio espectro de síntomas devastadores que van desde episodios de ansiedad agobiante hasta la desesperación por saturación mental, entumecimiento emocional, terror nocturno e ira incontrolable. Los que sufren de este trastorno pueden experimentar reviviscencias del momento en que pensaron que estaban a punto de morir: reproducciones mentales en alta definición con olor, textura y sonido incluido. Estos síntomas pueden persistir por años, incluso décadas, y dejar a las personas con una sensación de daño tan grande que no pueden ayudar a nadie sino más bien se apartan, en especial, de sus seres más queridos.
Karen sabía lo exasperante y difícil que podía ser tratar el TEPT. Ella aún recuerda el pánico reflejado en los ojos del trabajador social, cuando él en su intento por lograr que ella se abriera ocasionó que saliera toda la fuerza de su terror. Ella decía: “No importaba a donde fuera. Esto no parecía ayudar en nada. La única salida que encontraba para manejar este terror, era consumiendo alcohol y también fármacos”.
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Bachelor's degree - Universidad Ricardo Palma, LIMA-PERU
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Years of experience: 12. Registered at ProZ.com: Feb 2017.