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Spanish to English: Desde la sombra, una novela de de Juan José Millás (page 1) General field: Art/Literary
Source text - Spanish Sergio O'Kane estaba preguntando a Damián
Lobo con qué pez se identificaba más:
- ¿Con el tiburón, con la sardina...?
- Con el tiburón, no - respondió Lobo-,carezco de la agresividad que le es propia, soy una
persona con escrúpulos. Tampoco con la sardina.
No sé, quizá con la morena.
- ¿Por qué la morena?
- No es gregaria, se mimetiza con el paisaje, y
vive en aguas tropicales. Yo soy un poco friolero.
Sergio O'Kane no existía, era una construcción mental que Damián Lobo utilizaba para hablar consigo mismo. Le contaba cuanto le ocurría, y
por lo general en el momento de ocurrirle, a través de una entrevista imaginaria que mantenía con él desde la mañana hasta la noche.
Translation - English Sergio O'Kane is asking Damian Lobo with which fish he identifies most.
"With a shark, or with a sardine?"
"A shark? No," answered Lobo. "I lack the requisite level of aggressiveness. I am a person with scruples. But I'm not a sardine, either. I don't know. Maybe I'm a lamprey."
"Why a lamprey?"
"It's not gregarious, it blends in with the landscape, and it lives in the tropics. I'm feeling a bit chilly."
Sergio O'Kane did not exist; he was an imaginary construct that Damian Lobo used to to himself. Damian told Sergio what was happening (in general, he did this during the actual moment in which it occurred) through an imaginary interview that went on from morning til night.
Spanish to English: excerpt from an academic text on feminism General field: Social Sciences Detailed field: History
Source text - Spanish A comienzos del siglo XX, el movimiento feminista estaba bien organizado en
Inglaterra y ya se habían logrado algunas concesiones importantes gracias a sus
intensas campañas, entre otras, la de que las mujeres podían cursar estudios en la
mayoría de las universidades. Se produjo un rápido incremento en el número de
mujeres dedicadas a actividades como la medicina y la enseñanza, y se
promulgaron leyes que conferían a las mujeres un mayor control sobre sus bienes.
Actuaban grupos organizados que hacían campaña a favor del voto y apareció el
movimiento sufragista. La campaña a favor del divorcio ganaba terreno y hubo
campañas, aunque limitadas, para proporcionar consejo e información sobre los
métodos de control de natalidad.
Translation - English At the start of the twentieth century, the feminist movement was well-organized in England and had already won some important concessions thanks to its intense campaigns. One particular campaign advocated for women to be able to study at most universities. As a result, there was a rapid increase in the number of women dedicating themselves to fields such as medicine and education, and laws were passed that gave women greater control of their property. Organizations emerged that campaigned for the right to vote, and the suffragist movement emerged. The campaign for the legalization of divorce gained ground, and there were efforts, although limited, to distribute advice and information on methods of birth control.
Spanish to English: excerpt from the novel 'Noches Sin Dormir' by Elvira Lindo General field: Art/Literary Detailed field: Poetry & Literature
Source text - Spanish Hace ahora diez años le conté mi vida a una psicóloga de Harvard que estaba haciendo un estudio sobre el Nest Syndrome, ese mal que aqueja a las madres cuando los hijos abandonan el nido. Aquí, en Estados Unidos, esa fecha está dramáticamente marcada en el calendario. Madres y padres saben que cuando los hijos cumplen los diecisiete, la edad habitual a la que se entra en la universidad, los perderán en gran medida para siempre. Los perderán. Mi profesora de pilates era hermana de esta académica de Harvard y, habiéndole contado mi caso, que nos habíamos venido a Nueva York dejando nosotros a los chicos en nuestro país, estaba interesada en hacerme una entrevista. Mi caso era el de una madre que abandona el nido antes que su hijo. Escribir esta frase me duele. Aunque evidentemente era así, me sentí de pronto culpable o dolida o pillada en falta y le dije a la monitora de pilates que no tenía sentido que prestara mi testimonio a su hermana; al fin y al cabo, una madre española no abandona jamás a su hijo porque no existe una separación abrupta como ocurre en las familias americanas. Por el camino de vuelta a casa lo medité y finalmente acudí a la cita de la psicóloga. Su despacho estaba en una de esas preciosas edificaciones de no más de cuatro pisos que hay en el Upper East, frente a Central Park, en la Setenta y tantos. El lugar donde el cine nos ha hecho situar siempre a los psicoanalistas. Pero aquí no había diván sino dos sofás en ángulo. Era un espacio precioso, de techos altos y enfoscados nobles, y la psicóloga en cuestión tendría unos cuarenta y algo, era una mujer alta, muy atractiva, elegante, que me invitó a sentarme y colocó una grabadora en una mesa baja donde reposaban, como si se tratara de un hogar, unos cuantos libros de fotografía y un jarroncillo con flores. Más bien parecía que fuéramos dos amigas dispuestas a compartir un té.
Me habló de su proyecto y me pidió que le hablara sobre cómo había vivido mi marcha de España y la separación de mi hijo. Yo le dije, no sin antes disculparme por mi mal inglés, que no sólo me había separado de mi hijo biológico sino también de los tres de mi marido y de mi padre. Y de mis hermanos, y de mis amigos, y de todo lo que yo era, porque yo era alguien en Madrid, yo era una persona que paseaba por el centro y entraba a las tiendas a saludar a unos cuantos tenderos que me conocían de siempre, y yo iba a un restaurante y saludaba al dueño, al camarero, o al de la mesa de al lado que me había reconocido, porque en mi ciudad, le decía, hay gente que me reconoce, soy, por así decirlo, una persona popular, por aquello que escribo pero, además, porque me lo he ganado día a día, le dije, soy callejera, inquieta, y de fácil conversación.
Translation - English It has now been ten years since I told my life story to a Harvard psychologist doing a study on Nest Syndrome, that illness that afflicts mothers when their children leave home. Here, in the United States, that date is emphatically marked on the calendar. Mothers and fathers know that when the kids turn eighteen, the age at which they typically go to college, they will, to a large extent, be lost forever. Lost to the parents, that is.
My pilates teacher was that Harvard academic’s sister, and she had told her about my case: that my husband and I had come to New York, leaving our children behind in another country. He had wanted to interview me, because I was a mother who had left the nest before her child.
It hurts me to write that, although evidently it’s accurate. Upon hearing it, I immediately felt bad: guilty, or hurt, or “caught.” I told the pilates instructor that I didn’t see the sense in offering my testimony to her sister. At the end of the day, a Spanish mother does not abandon her child, ever. The kind of abrupt separation that occurs in American families does not take place for us.
On the way home, I thought about it, and in the end, I visited the psychologist. Her office was in one of those lovely buildings of no more than four stories on the Upper East Side, facing Central Park, around 70th Street. Which is to say, it was the sort of place where the cinema has led us to expect to find psychoanalysts. But inside there was no divan; merely a set of perpendicular sofas. It was a classy space, with high ceilings and plaster busts. The psychologist in question -- forty-something, a tall woman, very attractive and elegant -- offered me a seat. She placed a recording device on a low table, on which also rested, as if decorating a home, some photography books and a little vase of flowers. We could have been two friends about to have tea.
She talked about her project, and asked me to talk about how I could live with myself after my flight from Spain and separation from my son. I told her, not without first apologizing for my poor English, that it wasn’t only my biological son from whom I was separated, but also from my husband’s three children, and my own father. And my brothers, and my friends, and everything that made me who I was.
Because in Madrid, I was someone. I was a person who strode through the center of town, went into the stores, and greeted the many shopkeepers who always knew me. I would enter a restaurant and greet the owner, or the waiter, or the person at the next table who had just recognized me. Because, I told her, in my city there are people who recognize me. They know me. I am, so to speak, a popular person. And that is because of what I write, but also because I have earned it, day by day. I told her that I have street cred, that I’m full of energy, easy to talk to.
Spanish to English: article about a new TV show from El Mundo General field: Art/Literary Detailed field: Cinema, Film, TV, Drama
Source text - Spanish La valla: al borde de una distopía totalitaria en España
La gran apuesta de ficción de Antena 3 para la próxima temporada ha grabado sus exteriores en La Choricera, una antigua fábrica de embutidos de Segovia donde se recrean "las peores pesadillas del siglo XX".
Una habitación recóndita. Sin ventanas, oscura y fría. En el pasado, la sala de despiece de un matadero; en un futuro (distópico), el cuarto de torturas de un régimen totalitario; en el presente, un escenario del rodaje de La valla, la nueva serie creada por Daniel Écija y que es una de las principales apuestas en ficción de Antena 3 para la próxima temporada. "La secuencia trata de llevarnos a los sótanos de los cuarteles de la Argentina de Videla", explica el productor a este diario en voz baja, mientras el director da indicaciones a los actores y al equipo técnico para una nueva toma.
Olivia Molina abraza protectora a una niña, mientras un científico con acento argentino, bisturí en mano, realiza experimentos con ellas. Unax Ugalde, Ángela Molina, Abel Folk y Eleonora Wexler completan el reparto protagonista de esta producción de contexto apocalíptico pero con mensaje redentor. "La serie habla de amor, de aventura, de familia, pero sobre todo de libertad. De la pérdida de la libertad", aclara Daniel Écija, artífice de éxitos en diferentes épocas de la televisión como Médico de Familia, Periodistas, Los Serrano, El internado o Águila Roja.
"La valla trata de recordar para que no olvidemos", sentencia el fundador de la productora Good Mood sobre su nuevo proyecto. "Es un ejercicio de ciencia ficción, pero basado en hechos reales del pasado", añade sobre un relato que se ambienta a mediados del siglo XXI, en un futuro en el que ha ocurrido un cataclismo provocado por un conato de Tercera Guerra Mundial que ha desordenado el orden político internacional y ha permitido el surgimiento de regímenes dictatoriales. "Es una reflexión sobre la pérdida de lo que tanto ha costado tener y por lo que tanta gente ha luchado en la historia", apunta Écija. "Los que no crecimos en democracia sabemos la fortuna que tenemos de vivir en libertad", añade: "Nuestro país ha sido referente en la lucha por conseguir libertades a pesar de la rémora que tuvimos de 40 años de parón".
“The Fence deals with remembering with what must not be forgotten,” declared the founder of the production company Good Mood, about their new project. “It’s an exercise in science fiction, but based on actual events,” he added about the story that takes place in the mid-21st century, in a future in which a cataclysmic attempt to start World War III has thrown the international political order into disarray, and has allowed the growth of dictatorial regimes.
El complejo conocido como La Choricera, antigua fábrica de embutidos situada a las afueras de Segovia, ha servido de principal localización de exteriores en el rodaje de esta producción que acaba de concluir después de seis meses de trabajo. En el patio que se forma entre los emblemáticos edificios -considerados de valor protegido por su relevancia arquitectónica- se erige la valla que da título a la serie. En realidad es un muro falso de apenas 30 metros de largo y coronado en su parte superior por una característica franja verde chroma que permite rematar la construcción con efectos especiales sin necesidad de levantarla por completo. Esta pared marca el perímetro que aísla a la sociedad dominante de los ricos y poderosos del resto del pueblo.
Al lado del muro vigila una amenazante tanqueta negra. A escasos metros, otra color verde militar. Ambas tuneadas con logotipos desconocidos, pero que remiten fácilmente a siniestros iconos como la cruz gamada. "He intentado mezclar referencias del marxismo tropical de Cuba con partes del fascismo y de la ocupación nazi de Francia", reseña Écija que ubica conceptualmente su serie "en las peores pesadillas del siglo XX". Pilar Revuelta, directora de Arte ganadora del Oscar por El laberinto del fauno, es la responsable del diseño del particular universo propio en el que se desarrolla La valla. Sonia Grande completa el retrato con su diseño de vestuario.
"Hemos tenido que imaginar ese Madrid del futuro", subraya Sonia Martínez, directora de ficción de Atresmedia y productora ejecutiva de La valla junto a Daniel Écija. "Se ha hecho un ejercicio estético que aúna realismo y futurismo" , añade. "El proceso ha requerido muchos esfuerzos técnicos con efectos especiales importantes", incide.
Durante el recorrido por las instalaciones aparecen en la conversación diferentes títulos clásicos que Écija acepta como referentes: Blade Runner, Mad Max, Hijos de los hombres... También otros de mayor actualidad, aunque en algún caso el productor marca distancia. "A diferencia de El cuento de la criada no utilizamos la frontera de los Pirineos como metáfora de libertad. La gente quiere salir de aquí, pero por el Estrecho", subraya. "¡Huyen por el Estrecho!", insiste. La inmigración es un concepto recurrente a lo largo de toda la charla. "Hay un componente emocional muy importante y también muchos sentimientos", subraya Sonia Martínez.
Un actor ataviado con un uniforme negro atraviesa el paso fronterizo camino de los calabozos donde continúa el rodaje. Atrás deja la valla, símbolo del borde de un abismo imaginario e imaginable.
Translation - English The Fence: At The Brink Of A Totalitarian Dystopia In Spain
In La Choricera, an old sausage factory in Segovia, “the worst nightmares of the 20th century” are being recreated. That’s where exteriors are being shot for the show that Antena 3 will be betting on, fiction-wise, in the upcoming season.
A hidden room. Windowless, dark and cold. In the past, it was the cutting room of a slaughterhouse. In the (dystopian) future, it will be the torture chamber of a totalitarian government. In the present, it’s a shooting location for The Fence, the new series created by Daniel Écija that is one of the first fiction offerings of Antenna 3 for next season. “The sequence transports us to the basement of the headquarters of Videla’s Argentina,” the producer told us in a hushed voice, while the director instructed the actors and crew on a new take.
Olivia Molina hugs a girl protectively, while a scientist with an Argentine accent, scalpel in hand, conducts experiments on them. Unax Ugalde, Ángela Molina, Abel Folk and Eleonora Wexler complete the cast of this production with an apocalyptic context but a redemptive message.
“The series talks about love, adventure, and family, but overall about liberty. About the loss of liberty,” explains Écija, who is credited, in various epochs of television, with the success of such shows as Médico de Familia (“Family Doctor”), Periodistas (“Reporters”), Los Serrano (“The Serranos”), El internado (The Boarding School) and Águila Roja (“Red Eagle”).
“It’s a reflection on the loss of what has cost so much, and what so many people have fought so hard for throughout history,” says Écija. “Those who didn’t grow up in a democracy know how fortunate we are to live in freedom,” he adds. “Our country has been a model in the fight for freedom, despite the obstacle of a 40-year delay.”
The complex known as La Choricera, an old sausage factory situated on the outskirts of Segovia, has served as the principal exterior location during the shooting of this production that has just wrapped after six months of work. In the patio between the emblematic buildings (thought to have special protected status for their architectural value) is erected the fence that gives the series its title. In reality, it’s a fake wall, almost 30 meters long and crowned with a peculiar chrome-green stripe that allows the structure to be finished with special effects. This wall marks the perimeter that isolates the dominant society of the rich and powerful from everyone else.
Next to the wall, a threatening black tank stands guard. Some meters away is another, this one army green. Both are pimped out with logos, the exact meaning of which are unknown, but which clearly are meant to evoke sinister icons such as the swastika.
“I have tried to mix references to the tropical Marxism of Cuba with parts of fascism, and the Nazi occupation of France,” muses Écija, who set his series, conceptually, in “the worst nightmares of the 20th century.”
Pilar Revuelta, the art director who won an Oscar for El laberinto del fauno (Pan’s Labyrinth), is responsible for developing the very particular visual universe in which The Fence has been developed. Sonia Grande completes the picture with her costume design.
"We’ve had to imagine the Madrid of the future,” emphasized Sonia Martínez, director of fiction for Atresmedia, and executive producer of The Fence, together with Écija. “What has taken place is an aesthetic exercise that has united realism and futurism,” she added. “The process has required a lot of technical effort, with important special effects,” she insisted. Immigration is a recurrent theme throughout our talk. “There is a very important emotional component, and there are also a lot of feelings,” emphasized Sonia Martínez.
An actor in a black uniform crosses the border and descends into the dungeon, where shooting continues, leaving behind the fence that divides two abysses, one imaginary, the other merely imaginable.
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Bio
I'm an American who has been living in Mexico since 2017. I speak, read, write, and listen to Spanish every day.
In English, I'm a published journalist and branded content creator. I also have extensive experience in the world of digital advertising. In New York, I worked as a senior media planner and ad trafficker. I was also the head of digital revenue operations for a major publishing company.
In my spare time, I also study Russian, German, Latin, and ancient Greek.
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